Con frecuencia, las personas que tienen abortos son consideradas como inherentemente vulnerables. Esta narrativa, cuando se repite sin matices, puede ser dañina para quienes buscan abortar, así como para la autonomía reproductiva en términos generales, ya que refuerza estereotipos negativos sobre el aborto y quienes lo buscan. El cambio de los paradigmas afectivos en torno al aborto ha sido una preocupación crucial para activistxs feministxs trabajando el tema a nivel mundial. De hecho, una dimensión clave de mi investigación doctoral sobre aborto farmacéutico, acceso a la salud y activismo feminista en Argentina trata sobre cómo y por qué los activismos feministas buscan desestabilizar la percepción social del aborto como un tipo de experiencia intrínsecamente trágica, vergonzosa, vulnerable, por mencionar algunos ejemplos. Durante el proceso de preparar mi recopilación de datos, me impresionó la discrepancia entre cómo lxs activistxs feministxs que acompañan abortos conceptualizan la agencia de personas (potencialmente) vulnerables que buscan un aborto y la perspectiva sobre esto del comité de ética de la investigación en mi universidad en el Reino Unido. Especialmente teniendo en cuenta mi propia posicionalidad como estudiante de doctorado no-argentina, esta observación me llevó a reflexionar sobre los desafíos de navegar esta discordancia al investigar sobre activismo feminista y aborto autogestionado. Con este fin, elaboro mis reflexiones mientras trato de equilibrar mi deber de cuidar a participantes potencialmente vulnerables con respecto a su agencia. Encontrar este equilibrio puede resultar especialmente complicado cuando las definiciones tanto del riesgo como de la práctica ética divergen entre los comités de ética, quienes adoptan—y hasta un punto tienen que adoptar—un abordaje universalista; y practicantes feministas teniendo una experticia contextualmente especifica en el tema, así como diferentes definiciones de lo que significa el cuidado. Esta divergencia es aún mas pertinente en el caso del aborto, una experiencia impregnada de suposiciones basadas en discursos sociales y políticos moralizados y medicalizados. A lo largo de mi proceso de investigación, he entendido el rechazo de la reproducción de tales discursos paternalistas como componente esencial de la investigación ética, junto a atender posibles vulnerabilidades. (read more...)